¿Es posible convertirse en un coleccionista de arte?

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Coleccionar obras de arte: ¿privilegio o inversión?

El arte ha atravesado la vida del hombre a lo largo de toda su historia. El mecenazgo llevó a la profesionalización del arte, mientras que el coleccionismo logró consolidar una industria que hoy en día mueve cientos de millones de euros al año.

Coleccionistas de lujo

Lo que se inició como un símbolo de estatus y riqueza de nobles y mercaderes, se convirtió luego en una actividad de interés público. Las grandes colecciones públicas y privadas eran un modo de transmitir al conjunto de la sociedad el valor de los clásicos y de los exponentes de las nuevas tendencias artísticas.

A fines del siglo XX, la compra de arte, en particular, pinturas, alcanzó un hito con la aparición de coleccionistas multimillonarios que buscaban tener para sí algunas de las obras maestras del arte universal.

El arte como inversión

Sin embargo, coleccionar obras de arte no tiene únicamente la función de poder admirar la labor de un artista reconocido en cualquier momento que se desee. Muchos inversores han encontrado en cuadros y esculturas una reserva de valor, y la posibilidad de hacer una ganancia con una venta futura.

Esto se ha extendido por fuera del círculo de los maestros y lienzos con valuaciones que exceden los cientos de miles de euros. Año a año crece rápidamente el mercado de pequeñas obras y nuevos artistas, mediante el cual algunos ahorristas pretenden descubrir futuros talentos y obtener un enorme retorno para su limitada inversión inicial.